La presidenta del Congreso, Francina Armengol, se ha sumado a todos aquellos dirigentes socialistas que intentan desviar la atención tras destaparse el ‘caso Koldo’, la supuesta trama con la cual el exasesor de José Luis Ábalos se enriqueció mediante la venta de mascarillas. «Estoy muy indignada. Me da asco pensar que alguien se pudo lucrar», ha dicho la expresidenta del Govern, quien asegura que se dejó la piel por los ciudadanos en la pandemia. Durante su mandato se pagaron 3,7 millones por las mascarillas suministradas por Koldo García, el exasesor del también exministro José Luis Ábalos.

Desviar la atención

Durante las últimas horas desde el PSOE se intenta desviar la atención de forma desesperada. Quieren investigar la compra de mascarillas del gobierno de Isabel Díaz Ayuso, que fue acusada de beneficiar a su hermano, intermediario en la venta de mascarillas. Sin embargo, este asunto ha sido archivado por la Justicia en distintas ocasiones y el hermano de Díaz Ayuso llevaba 20 años dedicado a la venta de productos sanitarios. Las comparaciones son realmente odiosas y el relato del PSOE de intentar mezclar los dos asuntos solo ha conseguido calar entre algunos medios afines a la izquierda.

Respuestas

Más allá de mostrar su indignación, Francina Armengol debería aclarar el motivo por el cual se eligió a la empresa vinculada al exasesor de Ábalos para comprar mascarillas por valor de 3,7 millones de dinero público. También convendría explicar de forma convincente que no se devolviese el material cuando se dieron cuenta que millones de mascarillas no cumplían los requisitos para ser utilizadas. Tampoco se ha aclarado suficientemente que el Govern de Armengol ocultase que la Guardia Civil acudiese a la Conselleria de Salut para reclamar el contrato de la empresa vinculada a Koldo García. Y, por último, sorprende que se tardasen tres años en iniciar las gestiones para devolver las mascarillas. La petición se hizo el último día del Govern de Armengol.    Además de indignada, lo lógico es que la líder socialista esté preocupada por el desarrollo de una investigación. No conviene desviar la atención y lo que interesa en Balears es el uso de 3,7 millones en mascarillas fake, no lo que hizo Díaz Ayuso en Madrid.