Los peores presagios para la isla de Ibiza en su conjunto se han cumplido y, finalmente, los actuales gestores del Club Náutico Ibiza, con casi 100 años a sus espaldas, dejarán de serlo a partir del próximo 5 de mayo. Así lo determinó este jueves por la tarde el Consejo de Administración de la APB, ente que ha otorgado la autorización para la gestión de los amarres para embarcaciones de esloras de hasta 15 metros en el muelle de Ribera-Poniente a la empresa Puertos y Litorales Sostenibles S. L. cuyo administrador «de hecho», Alberto Pedraza Jorde, tiene una condena de 11 meses de prisión a finales del año pasado por un delito de estafa procesal en grado de tentativa y otro de falsedad documental tras llegar a un pacto con la Fiscalía. La APB escuda su decisión en que su oferta es «la más ventajosa presentada al concurso, que tiene como objeto garantizar con especial atención el fomento y enseñanza del deporte, siendo un referente en responsabilidad social en el sector náutico». Un Consejo de Administración de APB en el que están representadas Ibiza a través del vicepresidente Mariano Juan, que votó en contra de otorgar la concesión a Puertos y Litorales Sostenibles, y Formentera a través el presidente Llorenç Córdoba, que emitió su voto a favor de Puertos y Litorales Sostenibles.

El concurso.

La pugna por este espejo de agua en el puerto de Ibiza ha sido muy reñida durante mucho tiempo. El Club Náutico Ibiza ha hecho valer su labor e importancia social y deportiva, algo que a la vista de los resultados la APB no ha tenido en cuenta, igual que tampoco ha valorado la nota jurídica aportada por el Náutico Ibiza y elaborada por el profesor titular de Derecho Penal de la Universidad Complutense de Madrid Manuel Ollé, en la que concluía que el delito de estafa procesal está bajo el paraguas del término genérico «fraude» al que se refiere la Ley de Contratos del Sector Público (LCSP) cuando fija las conductas que prohíben la contratación de determinadas empresas o personas.

Las reacciones desde Ibiza no se han hecho esperar y las emociones predominantes son la rabia y la tristeza porque, tal y como señalaron ayer los representantes del Náutico Ibiza, lo que acaba de pasar merece una profunda reflexión de hacia dónde se está encaminando Ibiza y cuál es el futuro que le espera a la isla y a los ibicencos.

El futuro.

La autorización que APB ha otorgado a Puertos y Litorales Sostenibles tiene una duración de tres años. Esta empresa ha afirmado en sus primeras declaraciones que todo seguirá igual para los ibicencos en las instalaciones que pasará a gestionar a partir del 5 de mayo. «Todo va a estar igual porque los servicios hay que darlos. El que tiene ahí su barco tiene unos derechos que se respetarán. Todo va a continuar exactamente igual. Habrá los mismos servicios y se intentará ofrecer otros nuevos pero de momento no puedo adelantar nada», explicó Carlos Illa, administrador único de esta empresa que ya gestiona el puerto deportivo de La Savina y, también en Formentera, la gasolinera y una marina seca. Por su parte, la APB afirmó que ya está trabajando en la redacción de unos pliegos para un nuevo concurso que garantice una concesión más amplia de entre 20 y 30 años. El gestor portuario de Baleares se ha marcado como objetivo sacar el nuevo concurso en este plazo de tres años que empieza el 5 de mayo.


La cruda realidad es que la isla de Ibiza pierde una parte importante de su identidad como sociedad al acabarse la gestión actual del Club Náutico Ibiza, una entidad que el año que viene hubiera cumplido 100 años de vida y que ha formado y sigue formando parte de la historia de Ibiza.