Desde que estalló el ‘caso Koldo’, también conocido como el caso de las mascarillas ‘fake’, hace unos meses los partidos políticos han intentado trazar un relato político. Mientras el PP acusa al PSOE de aprovecharse de la trama corrupta por la venta de mascarillas, los socialistas, especialmente en Baleares, se intentan aferrar a un supuesto fallo administrativo para pedir responsabilidades al Govern de Prohens, cuando es una evidencia que fue el gabinete de Armengol el que compró material defectuoso, el que tuvo durante tres años las mascarillas almacenadas y que solo reaccionó cuando se perdieron las elecciones. También ocultó que la Guardia Civil había acudido a la Conselleria de Salud a buscar el expediente de la compra del material a los amigos de Koldo García.

En el Congreso

Nadie espera nada de las investigaciones que se están llevando a cabo en el Congreso de los Diputados porque poco pueden aportar al respecto ni Marga Prohens ni tampoco Vicent Marí, al que intentan embarrar de forma gratuita seguramente por el contrato de ‘La vida Islados’. Tampoco se sabe muy bien qué podrán aportar sobre las mascarillas Isabel Díaz Ayuso o José Luis Martínez Almeyda, más allá de seguir dañando su reputación por otras cuestiones.

Lo que interesa

No es razonable crear una comisión de investigación para perder el tiempo. Lo que realmente interesa a los ciudadanos de Balears es quién recomendó a Francina Armengol que contratase a la empresa de los amigos de Koldo García. Y también que se conozca el motivo por el cual se dejó caducar el material sanitario y no se devolvió a la empresa proveedora. Todo lo demás no interesa a los ciudadanos. Lo que no sea depurar responsabilidades y conocer a los responsables políticos que despilfarraron dinero público realmente supone una pérdida de tiempo, una estafa. Tampoco es de recibo que Armengol pueda utilizar el Congreso de los Diputados para manejar a su antojo el calendario de la comisión de investigación que le afecta a ella directamente. Todo es un sinsentido.