L os electores de las Pitiüses decidieron ayer cambiar el color del gobierno del Consell Insular al dar su apoyo a la coalición de partidos que formaba el Pacte Progressista y a su equivalente en Formentera, la Coordinadora d'Organitzacions Progressistes (COP). Después de dos décadas se produce, así, un cambio histórico en la que se ha convertido en la principal institución de autogobierno de Eivissa y Formentera.

Pilar Costa, que ya consiguió batir en las elecciones al Senado al Partido Popular, volvió a materializar el sueño de la izquierda y podrá presidir el organismo insular los próximos cuatro años. Se encontrará, eso sí, con ayuntamientos en manos del PP o de coaliciones de gobierno, algo que los anteriores equipos apenas experimentaron. La nueva situación dará, con toda seguridad, una vitalidad política desconocida e inédita, pero que, en un sistema democrático, no ha de ser freno de nada. Hoy es un día de felicitaciones y alborozo para unos, los vencedores, y de reflexión y análisis para otros.

Ambos, sin embargo, se enfrentarán en los próximos años a lo mismo: la búsqueda del bienestar de los que los han elegido como sus representantes. Los nuevos ganadores tendrán ahora que aprender a gobernar, mientras los otros tendrán que ver el mundo de lo público desde otra óptica, que no necesariamente ha de ser mucho menos determinante. El cambio de papeles será llamativo, pero ha de realizarse en un clima de normalidad absoluta, como merecen los ciudadanos que conscientemente lo han solicitado con sus votos. Después del largo periodo de paréntesis que suponen unos comicios, ha llegado el momento de comenzar de nuevo a trabajar porque si algo se aprende en el juego democrático, es que después de unas elecciones habrá otras y, en ellas, habrá que volver a dar cuentas a los ciudadanos para que estos decidan.