Quizá por la bisoñez, por la improvisación o por no haber sabido crear un estilo propio y nuevo, los actos celebrados ayer en Palma para conmemorar el XVII aniversario de la aprobación del Estatut d'Autonomia resultaron pobres en su conjunto y pusieron en evidencia serios errores que convendría reparar.

Siendo una jornada festiva, está claro que muchísimos ciudadanos quisieron disfrutar de los actos organizados para celebrar la Diada y de la espléndida climatología. Las calles de Ciutat se vieron repletas de paseantes. Pero encontraron pocos alicientes. La muestra que proponía un recorrido por la historia de las Islas a través de diferentes estands no resultó todo lo atractiva que cabía esperar. Se salvó, en cambio, el mercadillo medieval, que, en su nueva ubicación, sí satisfizo a los visitantes. Sin embargo, los ciudadanos esperaban algo más. Habían sido llamados a participar en una fiesta, en su fiesta, y se sintieron decepcionados. Era inevitable la comparación con los actos de los dos últimos años. Si al Govern le parecía inadecuado el planteamiento de las ediciones anteriores, debería haber elegido otra línea muy distinta y no organizar una pobre imitación. Por otro lado, hacer coincidir la entrega de la Medalla d'Or "la más alta distinción que otorga el Govern" con los Premis Ramon Llull no hace sino desleír la categoría de estos galardones, en los que, además, se olvidaron de Menorca. ¿Ningún menorquín se merecía un reconocimiento? Y ¿cómo interpretar la ausencia de uno de los premiados, el pintor Miquel Barceló? Desde el Govern deberían haberse tomado todas las precauciones para asegurar su asistencia y evitar que su ausencia pudiera interpretarse como un desaire.

Y, finalmente, otra desafortunada coincidencia: celebrar el acto oficial, sólo para invitados y a puerta cerrada, el mismo día y a la misma hora en que el pueblo llano, al otro lado de los muros, festejaba una Diada que debe ser de todos y para todos, es un error que no puede permitirse ningún Govern y menos uno surgido de la unión de todas las fuerzas nacionalistas y progresistas.