Enero ha dado la campanada en cuanto a precios. La llegada del euro, que ha vuelto del revés nuestra vieja concepción de los precios y del dinero, lejos de suponer un incremento, como era de esperar, ha propiciado, a nivel nacional, una bajada del Índice de Precios al Consumo inédita en el primer mes del año, inflacionista por tradición. Increíble. Tanto que parece que hay «truco», pues las autoridades competentes han decidido "empujadas por normas europeas", justo en este momento, variar el método de cálculo de los precios, dejando de lado algunos conceptos que habían quedado obsoletos para introducir otros más actuales, como la telefonía móvil o la comida preparada. Pero es que, además, se ha recogido el impacto de las rebajas, con lo que probablemente se ha deformado la realidad de los precios, cuya estadística ahora resulta imposible de comparar con la de meses o años anteriores.

Ahí está el «quid» de esta sorpresa, que en Balears no lo ha sido tanto, pues como es habitual, ocupamos el puesto de cabeza en la estadística en cuanto a subida de precios se refiere. Aquí no baja nada y la inflación interanual se sitúa ya en el 3'2 por ciento (ha sido en enero una subida del 0'5 por ciento), lo que se corresponde bastante mejor con la percepción que el ciudadano tiene a la hora de hacer la compra desde la llegada del euro a nuestros bolsillos.

Aparte del dato en sí "una bajada media en España del 0'1 por ciento cuando todos los expertos vaticinaban subidas entre el 0'5 y el 0'9 por ciento", la realidad ofrece un panorama poco optimista, con previsiones de aumento del paro "la economía mundial está empezando a ralentizarse" y de la inflación, que sigue siendo muy elevada para las conjeturas oficiales, que pretenden alcanzar cifras inferiores al 2'5 por ciento anual.