La Caixa ha hecho público su último informe, con datos de los años 2000, 2001 y 2002, según los casos, sobre calidad de vida en las distintas comunidades autónomas españolas y Balears, aunque sale bien parada, pierde puestos en algunos de los indicadores con respecto a años anteriores. Así, lo más llamativo es la bajada en el índice de renta, que pierde el puesto de liderazgo que antaño ostentaba, aunque nos colocamos en cuarto lugar por debajo de Navarra, País Vasco y Madrid, comunidades que últimamente están registrando un avance imparable de bienestar. Al alimón se destaca el aumento del paro detectado en los últimos años, a rebufo del crecimiento de la población por la llegada masiva de inmigrantes.

Pese a ello, nuestro clima vuelve a destacarse por delante del resto, así como el entorno natural, que son líderes nacionales. También la oferta cultural y de ocio está a la cabeza del país, un indicativo seguramente desvirtuado por las muchas instalaciones destinadas al turismo que los ciudadanos de las Islas, en realidad, aprovechan poco.

Las variables negativas más destacables son la siniestralidad de nuestra red viaria, la inseguridad ciudadana y los bajísimos índices de salud, asuntos sobre los que hay que meditar, pues resulta intolerable que una población con alto nivel de vida pueda permitirse carreteras de tercera, poca tranquilidad y una esperanza de vida inferior a la media. Ni que decir tiene que se hace imprescindible un análisis que permita poner coto a estos «puntos negros».

Por lo demás, sabemos que en Balears se vive bien y ésa es precisamente la razón por la que muchísimos extranjeros han decidido instalarse entre nosotros, aunque su elevado número, justamente, haya propiciado que el trabajo escasee y empiecen a detectarse algunos problemas. Es el momento de abordar el asunto para que el futuro no nos depare nuevos bajones de bienestar.