Parece que ahora sí, que el Banco Central Europeo (BCE), ese
ente lejano que nos puede cambiar la vida de un día para otro, nos
está lanzando clarísimos mensajes para que nos preparemos de cara a
una subida de los tipos de interés.
Así que la mayoría de los ciudadanos, que son los que tienen
deudas contraídas mayoritariamente para adquirir una vivienda,
sufrirán en sus bolsillos las consecuencias de un encarecimiento
del precio del dinero.
Claro que en el otro lado de la balanza se sitúan los
ahorradores, pequeños o grandes, que disponen de algún dinero, que,
si efectivamente empiezan a subir los tipos de interés, verán
recompensados sus esfuerzos ahorradores, algo que en los últimos
años se desplomó, llevándose por delante la posibilidad de muchas
familias -gran número de pensionistas también- de complementar sus
ingresos con la rentabilidad de sus ahorros.
La subida, por tercer mes consecutivo, del Euribor, principal
indicador de los tipos hipotecarios, descolocará las hipotecas de
muchísimas familias, pero en opinión de los expertos, se trata de
algo más. De un toque de atención para que vayamos preparándonos
para una subida gradual de los tipos de interés.
Una perspectiva que supondrá un buen palo para muchos
ciudadanos, especialmente si se materializan las ideas que en las
últimas semanas están lanzando a la palestra distintos
representantes del Gobierno Zapatero y, ayer mismo, el presidente
del Banco de España, tendentes a «suavizar» o limitar las ventajas
fiscales que, hoy por hoy, tiene la compra de una vivienda.
En contrapartida, la subida de los tipos tendrá alguna
consecuencia positiva para todos: certifica la mejoría de la
economía europea y contribuye a controlar la inflación.
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