s un hecho que uno de los problemas estructurales de la economía del Estado es la falta de competitividad, por lo que hay que aplaudir el acuerdo alcanzado entre el Govern balear, la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) y los sindicatos UGT y Comisiones Obreras. El pacto suscrito no sólo contempla este aspecto, sino que además incide en el empleo, el turismo y la cohesión social. Esto no supone que se le otorgue al Ejecutivo autonómico un cheque en blanco, puesto que no existe renuncia alguna al planteamiento de reivindicaciones laborales. Sin embargo, si se trata de una herramienta esencial para la paz social, una paz más que necesaria toda vez que la economía se ve sacudida por avatares internacionales como el notable incremento del precio del petróleo.

Es evidente que para poder competir en los mercados es preciso ofrecer más y mejor y esto sólo es posible si se hace desde la unidad y el diálogo, bases sobre las que se asienta el acuerdo entre el Govern, la patronal y los sindicatos.

No obstante, sí hay que poner un pero. Aunque exista algún tipo de traba para la presencia de PIMEM, no sería bueno que la representación de la pequeña y mediana empresa no estuviera presente en el desarrollo de los acuerdos que se alcancen en las mesas establecidas, toda vez que es notorio que buena parte de la economía de Balears se asienta precisamente en esas pequeñas y medianas empresas. Por ello, si existen impedimentos legales para ello, bueno sería alcanzar alguna solución que permitiera la participación de la pequeña patronal. Con todo, hay que considerar muy positivo que se hayan puesto las bases para avanzar en un terreno absolutamente necesario si no queremos quedarnos rezagados respecto a nuestros principales competidores.