Se cumplen hoy veinticinco años de la constitución del primer Parlament, un acontecimiento histórico por cuanto supuso la puesta en marcha de la institución que ostenta la máxima representación de los ciudadanos de Balears y la recuperación de las mayores cotas de autogobierno jamás alcanzadas tras la aplicación del decreto de Nueva Planta en 1715, el cual supuso la supresión de los órganos políticos y fiscales propios por un sistema de administración centralista del Estado español que se mantuvo vigente durante casi doscientos setenta años.

En el hemiciclo provisional que se instaló en sa Llotja se puso la primera piedra del edificio institucional de nuestra Comunitat Autònoma, un espacio político inédito en Balears para que representantes de Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera pudiesen debatir y decidir democráticamente su futuro en común. Los precedentes inmediatos -la Diputación Provincial franquista y el ente preautonómico del Consell General Interinsular- apenas permitían atisbar la trascendencia, el poder que significaba disponer de una Cámara legislativa propia. El corpus legislativo alcanzado en todos estos años era impensable para los protagonistas de la sesión constitutiva .

El Parlament de les Illes Balears ha evidenciado en estos cinco lustros el acierto de su creación frente a los escépticos del modelo autonómico y la madurez de sus integrantes; nunca se ha producido una votación territorial, de unas islas contra otras. Este éxito es atribuible a la extraordinaria evolución que han experimentado los ciudadanos de Balears, los cuales ya admiten y sienten como propio el Parlament. El de hoy es un hito para celebrar con satisfacción, pero ya con la mirada puesta en el futuro.