El descenso del precio de las gasolinas y de los productos alimentarios ha propiciado la caída de un punto en la tasa de inflación en España, un pequeño respiro para las economías domésticas que esperan, a principios del próximo mes de noviembre, un recorte en los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo. Mientras, las Bolsas están comenzando a recuperar el pulso, al menos en apariencia, una vez que Estados Unidos ha decidido dejar en un 1% los tipos de interés y las medidas pactadas para superar la crisis financiera están dando sus primeros frutos.

Los expertos vaticinan que al finalizar este 2008 el Euríbor puede quedar fijado en torno al 4%, cifra que permitirá liberar parte de la presión que sufre el mercado inmobiliario en España, paralizado en todos sus frentes. Lograr inyectar liquidez en el sistema financiero y reactivar la actividad económica son, en estos momentos, los objetivos prioritarios del Gobierno, que ve en el repunte de la inflación el principal enemigo.

A pesar de todo, la incertidumbre se mantiene y, en buena medida, la contención de los precios también es una consecuencia directa de la recesión que viven los mercados y de la que, como muy pronto, no se comenzarán a notar los efectos de la recuperación hasta el segundo semestre de 2009, según los analistas más optimistas.

Flota en el ambiente la certeza de que nada en las relaciones económicas volverá a ser como antes "la alegría irracional en el gasto", aunque tampoco se conocen cuáles serán las nuevas reglas que regirán en los mercados. Es probable que hasta que no se disipen estas dudas la confianza no volverá a los empresarios y se recuperará la inversión, el mejor modo de lograr que desciendan las alarmantes tasas de desempleo en nuestro país.