Las últimas cifras del paro en Balears dadas a conocer corroboran las previsiones más pesimistas al alcanzar el 14'7 por ciento, por encima incluso de la media estatal, que representa un total de 70.144 personas en situación de desempleo. Todos los indicadores ofrecen un saldo negativo y, lo que todavía es más desalentador, nada hace suponer que se vaya a detener esta espiral en el corto plazo. De hecho, la consellera de Treball i Formació, Joana Barceló, no oculta que al final del ejercicio podría subir aún más el número de parados.

Los datos reflejan la contundencia con la que el actual período de recesión económica está castigando el empleo, con independencia de la evidente estacionalidad a la que obliga la actividad turística. La crisis está generando paro y evita la generación de nuevos puestos de trabajo, incluso la afiliación a la Seguridad Social también desciende y confirma que también está cayendo la creación de pequeñas empresas o la constitución de trabajadores autónomos.

Las medidas destinadas a reactivar la economía no están provocando la reacción deseable en el tejido productivo, el cual se mantiene inactivo debido, entre otras razones, a su dependencia del 'motor' inmobiliario que se ha detenido en seco y que ha acabado contaminando al resto de sectores, en especial el de servicios. La consecuencia de todo ello es que, ahora, Balears ya tiene una tasa de paro que supera a las alcanzadas hace una década.

Los expertos vaticinan una ralentización en las tasas de crecimiento del desempleo "el ministro Solbes insiste en que lo peor no ha llegado para el conjunto de España" en Balears, debido, entre otras razones, a la previsible contratación de obras y servicios destinados a la reforma y preparación de la próxima temporada turística.