La crisis política que afecta al pacto entre los socios del Govern ha vuelto a levantar comentarios y peticiones sobre un anticipo electoral. El PP se ha sumado a la propuesta que hizo hace meses Unió Mallorquina y también pide a Antich que adelante los comicios autonómicos, una facultad que depende únicamente del president y que puede ejercerse, por primera vez, gracias a los cambios introducidos en el Estatut.

No existen motivos de peso ni razonables para adelantar las elecciones. En primer lugar, Antich mantiene los apoyos parlamentarios que tiene desde el día que fue investido. Pero hay una cuestión mucho más importante. La actual crisis económica y los problemas que padecen muchos ciudadanos de estas Islas merecen un Govern fuerte y partidos responsables y con sentido de Estado. Es evidente que unas elecciones anticipadas no solventarían ni uno solo de los problemas económicos que viven familias y empresas de Balears.

Por lo tanto, no hay que arriesgarse en aventuras políticas. Las elecciones anticipadas en la actual situación económica son una temeridad y una irresponsabilidad. Antich debe buscar acuerdos, intentar calmar la situación y solventar los problemas de los ciudadanos. Y los partidos que forman parte del Govern, todos sin excepción, deberían asumir la actual situación antes de adoptar posturas extremas que impiden acuerdos. Además, nadie puede garantizar a quién beneficiaría un anticipo electoral. Todos los partidos tienen puntos débiles. El PSOE, perdido buena parte del «efecto ZP», pude verse perjudicado por la crisis económica. Sobre el PP pesa todavía el recuerdo de numerosos casos de presunta corrupción. Y a UM le acaba de estallar un caso, el de la «operación Peaje», y se ha reavivado el de Can Domenge con la imputación de su presidente. Sólo el Bloc se ve por ahora libre de sospechas. Ante este panorama, ¿a quién darían su apoyo los ciudadanos?