Pocos comprenden cómo ha podido ocurrir el incidente en el cuartel de Hoyo del Manzanares, donde viven habitualmente 1.200 militares, muchos de ellos ahora en cuarentena hasta que se confirme cuántos se han contagiado con el virus de la gripe A. La tardanza de la institución castrense en dar parte de la situación "que podría haberse agravado notablemente al recibir el cuartel la visita de dos colegios" resulta incomprensible, máxime cuando desde el Ministerio de Sanidad se ha gestionado la epidemia con acierto, transparencia y eficacia.

Será un nuevo golpe para la ministra Carme Chacón, que desde que llegó al cargo se ha visto envuelta "directa o indirectamente" en varios casos que han acabado en las portadas de los periódicos y las tertulias radiofónicas.

Recordemos la polémica con su atuendo "eligió un esmóquin masculino" en la Pascua militar, su precipitada actuación al anunciar la retirada de las tropas españolas de Kosovo "que tomó por sorpresa a los propios afectados", sus enfrentamientos con la oposición la semana pasada con motivo de la sentencia del Yak-42, la extraña gestión de la detención de los piratas somalíes "nadie sabía qué hacer con ellos, si mandarlos a Kenia o dejarlos en libertad" y, ahora, la falta de comunicación con los responsables del cuartel afectado por la gripe.

Ciertamente, visto desde fuera, da la sensación de que la ministra y su Ministerio sufren cierta descoordinación con el estamento que dirigen y eso, además de no ser bueno para la propia institución militar, tampoco lo es para la imagen que las fuerzas armadas transmiten al resto de la sociedad, ahora que había logrado reconciliarse con lo civil.