Septiembre está a punto de empezar y son muchas las incógnitas que aún existen en torno a la gripe A, que con la llegada del otoño pondrá a prueba el sistema sanitario español. Mientras, el Reino Unido, el país europeo con mayor tasa de incidencia de esta enfermedad, comenzará a administrar la vacuna a principios de octubre, España, siguiente en porcentaje de afectados, no pondrá en marcha la campaña de vacunaciones hasta finales de ese mismo mes. La población de riesgo, que en nuestro país representa el 40 por ciento según los cálculos ministeriales, incluye a menores, mujeres embarazadas, personas con enfermedades crónicas y personal sanitario, pero el Ministerio de Sanidad no tiene todavía claro que no vaya a ser necesario ampliar la lista. Ni siquiera los médicos y el personal sanitario se muestran convencidos, como colectivo, de la necesidad de recibir la vacuna. Son muchas las cuestiones que se han magnificado en torno a la gripe A y eso es porque esta gripe se ha convertido en la más mediática de todas, mucho más que la gripe aviar. Su rápida propagación es más preocupante que los daños que provoca, porque, al menos hasta el momento, no causa más muertes que la gripe estacional. Es cierto que lo peor de esta enfermedad está todavía por llegar a nuestro país coincidiendo con la entrada del otoño, pero no es menos cierto que los expertos no han podido determinar al ciento por ciento los motivos por los que, aun en verano, la incidencia de la gripe A está siendo más acusada en Andalucía, con temperaturas más elevadas, que en el norte del país. En medio de tantas cosas que quedan por descubrir en torno a esta enfermedad, lo cierto es que el sistema sanitario se pondrá a prueba en todas las comunidades autónomas con la llegada del otoño. Habrá que estar preparados sin provocar alarma social.