Como era de prever, la vacunación contra la gripe A empezó ayer en las Islas con tranquilidad y poca afluencia de pacientes, sobre todo debido a que se ha establecido un sistema de cita previa que evita aglomeraciones de las personas que forman parte de los grupos de riesgo en los centros de salud de Balears.

Aproximadamente 190.000 ciudadanos de las Islas, más de 17.000 de Eivissa y Formentera, incluidos en los grupos de riesgo de contagio del virus A/H1N1, empezaron ya a vacunarse de forma voluntaria y gratuita en los centro de salud, gracias a las 215.000 dosis adquiridas por la Conselleria de Salut i Consum en un programa de actuación coordinado desde Madrid y escrupulosamente respetuoso con las recomendaciones de los organismos internacionales.

La tranquilidad era uno de los grandes objetivos y en el caso de las Islas se podía ver alterada por la proximidad del fallecimiento de un niño de dos años, del que ayer, precisamente, se supo que sufría una parálisis cerebral a causa de la enfermedad degenerativa que padecía, una encefalopatía mitocondrial. No se cumplió el temor y la Conselleria de Sanidad informaba de que los centros de salud habían desarrollado su tarea con normalidad y sin sobresaltos. Quizás las temperaturas primaverales de los últimos días han alejado de la población el fantasma de la gripe en sus diferentes tipos pese a que el flujo de informaciones sobre el tipo que se ha revelado como potencialmente peligroso continúa siendo continuo. La población, está claro, está sabiendo manejarse con prudencia, lo que es un alivio y un orgullo. Las malas noticias, sin duda, llegarán, pero ayer, por lo visto, no era el día.

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