Era medianoche y la luna apenas sobresalía de entre los cielos dejando oculta la mitad de su cara mientras su otra y visible mejilla hacía también esfuerzos por no dejarse ver. La oscuridad era tan intensa que ni los grillos se atrevían con su "chirrí" "chirrí" a dejarse oír. Ni tan siquiera las sombras de los turistas que habitaban las viviendas alquiladas de forma ilegal y ocupadas a través de medios fraudulentos que las administraciones eran incapaces de atajar eran perceptibles. Y así uno gritos aterradores, como proveniente de ultra tumba y acompañados de sonidos espantosos en forma de rock, house, chill out y otros aún más terribles se mezclaban entre los aullidos que podían escucharse a lo lejos - pero como si realmente estuviesen pegados a mi oído - y que decían algo así como - ¡Fiesta! ¡Fiestaaa! - y que sonaban aterrantes en todas las ciudades y pueblos, valles, playas y campos estériles, decrépitos y tórridos producto de la sequía que los envolvía y mataba lentamente sin piedad.

Y así mientras tanto, también sin piedad el "chum" "chum" "pum" "pum" y "bum" bum" invadían mis sentidos y los aletargaba - iba a decir agilipollaba - provocando en mi un estado de shock sin necesidad de tomar esas porquerías sicotrópicas que al parecer todos esos ilegales se tomaban para soportar las ya infinidad de horas de marcha que en pleno aquelarre llevaban consigo los cuerpos mutantes de todas aquellas endemoniadas y poseídas criaturas del averno.

Todo estaba perdido cuando de repente en mis sueños pude observar como el cielo era atravesado como por una refulgente super nova devastadora y potente que lo surcaba a la velocidad de la luz. ¡Supermán! que viene a ayudarnos - pensé -. ¡Bueno!.

También pensé que podía ser un misil escapado de Ucrania o de Israel o una bomba atómica de los iraníes, o incluso el tío de la vara ¡Pero no! ni una cosa ni la otra. Era Superprats que en forma de Verro acudía en ayuda nuestra lanzándose contra los rufianes y repartiendo a diestro y siniestro mamporros mientras que con su barretina los iba corriendo a todos a gorrazos de nuestra isla.

¡Que gloria de sueño el de anoche!. A ver si esta que viene sueño también como Superprats corre también a gorrazos a los taxistas pirata, vendedores ambulantes, prostitutas de lugares públicos y otros moradores de la noche que campan a sus anchas por doquier en estos tiempos tan malignos. No veo la hora de meterme ya en la cama.