Los responsables de Movilidad del Ayuntamiento y del Consell Insular de Eivissa han decidido instalar tres nuevas paradas de autobús frente a la fachada sur del edificio Cetis, lo que ha motivado denuncias de la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CESIF) ya que allí se encuentran cuatro Juzgados de Primera Instancia, Registro Civil, la Fiscalía y el Servicio Común de Actos de Comunicación y Embargos. El CESIF plantea que las marquesinas y los buses provocarán molestias debido al trasiego de usuarios. Estoy de acuerdo con el razonamiento, pero el año que viene ya estará construido el nuevo el edificio de Juzgados (Palacio de Justicia) en el solar que durante muchos años ha ocupado el modélico centro escolar Sa Graduada. Es decir, el Cetis, por el ordeno y mando de una impresentable clase política se convertirá en una estación de autobuses peculiar: subterránea y al aire libre al mismo tiempo. Así que la empresa concesionaria Sagalés podrá cobrar por pasajero y autobús que entre en la estación.

Pero resulta que soy desde siempre fiel usuario del transporte público en autobús y opino que las nuevas marquesinas se deberían instalar en la Avda. España, vía urbana por la que circulan los buses que vienen, entre otros lugares, del aeropuerto y de la Playa den Bossa. Son autobuses que transportan a miles de visitantes y que no tienen acceso a información sobre frecuencias ni horarios. Sinceramente, es una tomadura de pelo que con el dinero de los contribuyentes se instalen marquesinas en el exterior del Cetis y que no se piense en mejorar el transporte urbano, hecho que se merecen tener residentes y visitantes. En fin, bien pensado, la estación del Cetis no deja de ser una chapuza muy politizada.

Concierto económico para Cataluña

Ya no falta mucho para saber cómo acabará el problema que tenemos planteado en Cataluña, y me refiero a la convocatoria de un referéndum soberanista. Lo grave es que se haya llegado a la situación actual porque no ha habido suficiente dialogo entre el Gobierno central y la Generalitat. A mi entender, opino que si Cataluña tuviera un Concierto Económico como Euskadi se produciría un paso importante para enfriar o hibernar el contencioso actual. Y vale recordar como lo explica Josu del Tejo (Bilbao, 4 noviembre 2015): que “la filosofía del Concierto Económico consiste fundamentalmente en que Euskadi cobre los impuestos que por el estatuto le corresponden, que no son todos, y pague al Estado el porcentaje establecido sobre los gastos que este realiza en las funciones no transferidas a la comunidad autónoma, incluyendo el fondo de solidaridad”.

El caso es que hace 37 años el president Jordi Pujol se equivocó y dijo no al concierto económico; es decir, en 1980 el Gobierno central ofreció a la Generalitat un sistema fiscal similar al vasco, pero el entonces conseller de Economia i Finances, Ramon Trias Fargas, rechazó la propuesta. Por otra parte, el president Artur Mas en setiembre de 2012 se reunió con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para plantearle su propuesta de pacto fiscal. El caso es que Rajoy mostró su oposición a la propuesta de un concierto económico para Cataluña por no ser compatible con la Constitución. Y así es, de manera que habrá que cambiar la Carta Magna, como ha pedido Albert Rivera, líder de Ciudadanos, para que se pueda enmendar, digo yo, el grave error de Jordi Pujol.