Hay dos cosas que resultan profundamente indignantes. Una sucede cuando te das cuenta de que los políticos te mienten a la cara sin ruborizarse e intentan hacerte creer que «la Mare de Deu nom Joana». La otra es cuando denuncian algo que hace un adversario político, pero cuando ellos hacen algo idéntico o muy parecido, no les parece mal y recurren a los argumentos más peregrinos y absurdos para justificar lo injustificable. A mi juicio, la mentira y la incoherencia son los dos grandes culpables de la desafección política. Desgraciadamente, son dos rasgos esenciales de la actividad política en la actualidad que hay que denunciar.

La presidenta Francina Armengol dijo en Fitur que el PP es un partido en «descomposición», tanto a nivel nacional como en Balears. Llegó a esa conclusión al conocerse que José Ramón Bauzá se daba de baja del partido. Dijo también que en las elecciones de 2015 el PP pasó de 35 a 20 diputados en la Cámara autonómica. Se le olvidó decir que Bauzá logró 40.000 votos más que ella; que el PSIB pasó de 19 a 15 escaños; y que liderando ella el partido, batió el récord del peor resultado electoral de su historia. Nunca antes tuvo el PSIB menos sufragios.

Sería bueno que Armengol explicase, si es que puede, las razones por las que su partido incumple el Pacto Nacional Antitransfuguismo que suscribió, al aceptar seguir gobernando en el Ajuntament de Sant Antoni de Portmany (Eivissa) con el apoyo de una concejala tránsfuga que acaba de darse de baja de Proposta per les Illes (PI) pero no está dispuesta a abandonar los cargos que obtuvo gracias a aquella formación al frente de Urbanismo y Actividades. ¡Vaya por Dios! Que siempre tengamos que acabar en el mismo departamento cuando tratamos historias de transfuguismo… ¿Qué estarían diciendo los socialistas si esta situación se diese gobernando el PP? Mejor ni pensarlo. Ahora incluso niegan con total cinismo que Cristina Ribas, que así se llama, sea tránsfuga.

Ya de paso Armengol puede aclarar por qué la regidora socialista del mismo consistorio, Aída Alcaraz, a la que se ha abierto juicio oral y será juzgada por un supuesto delito de acoso laboral contra el jefe de la Policía Local. La Fiscalía pide un año de cárcel. Y sin embargo sigue en sus cargos incumpliendo el código ético del PSOE sin que nadie haga nada excepto animarla a seguir a toda costa y decir que el código ético en este caso no es de aplicación. No sé qué partido parece más en descomposición… ética al menos.