En el debate de valores que plantean los progres, defender causas huecas hacia otra subvención - por mucho que las vociferen - resulta tan falaz como cansino e hipócrita fue la pancarta del ‘Welcome refugees’. Tres años colgada en el consell y cuando aparecen los refugiados ningún progre de ese consistorio los acoge, habiendo 58 para elegir.

El viejo aserto de «por sus hechos las conoceréis» casa con esas luchadoras de la nada, excepto de la jugosa subvención. Gustan de pasear desnudas usando sus cuerpos como pancarta política, mientras persiguen a las azafatas de la Fórmula 1 por cosificar a la mujer, un cinismo nacido de la envidia, clave eterna del marxista, hoy reinventados como «marxismo cultural».

«El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia y la prédica a la envidia; su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria» decía Churchill. La naturaleza que destilan sus eslóganes no desmiente un ápice a quien rindió a los Nazis.

«Machete al machote» o «Hétero muerto abono para mi huerto» son las lindezas democráticas que esta cuerda de criminales en potencia, calificadas como FemiNazis, venden puño en alto, gritando que «la única iglesia que ilumina es la que arde» contra curas tan peligrosos como los asesinados por el frente popular en Ibiza en 1.936.

El 8M feminista pide oficialmente enseñar a los niños «placer sexual y masturbación». Una postura insostenible cuando tras señalar curas por machistas o pederastas, defiendan el burka como «elementos culturales circunscritos al ámbito de decisión femenina en libertad», aunque las acosen, las insulten o partan la cara si se lo quitan. Mujeres que viven sumisas (traducción de la palabra islam) al hombre, mientras el feminismo calla.

Este asalto al sentido común liquidó la presunción de inocencia del hombre gracias también al PP, violando la Constitución y los Derechos Humanos.

Hoy si ella te denuncia vas al calabozo «sí o sí», como exige la vicepresidente Carmen Calvo, aunque el 80% de las denuncias son falsas, y del 13% que se instruyen un 70% son contra hombres inmigrantes, cuyas mezquitas donde educan en sumisión (islam) jamás reciben las visitas FemiNazis; para eso no hay subvención.

El colmo de esta locura son sus líderes heteropatriarcales. A la retahíla de machadas del que quiere «latigar hasta que sangre» a una mujer periodista mientras coloca de portavoz en Cortes a su amancebada, sumen a Errejón y su colega Costa, el rapero progre cuyo compromiso feminista os copio: «La pego y la araño, en el club o en el baño, no voy a dejar de darte hasta que te haga daño (…) Esos ojos de guarra piden bofetón (…) Quemo a la puta».

«El socialismo se acaba cuando se acaba el dinero de los demás». De ahí su amor al impuestazo y el dinero público. Y de eso va este neo-feminismo; de hipocresía cleptómana y subvención: La entidad autonómica andaluza de «igualdad de género» manejó 43 millones en 2018, pero sólo dio 1,2 millones a las mujeres víctimas. Es decir: el marxismo andaluz mantiene 2.300 chiringuitos denominados de «políticas de género» con 270.000 mujeres enchufadas, impartiendo «chocho charlas» y olvidando a las víctimas.

Cuando Vox llegue a estas instituciones os contaré cómo malversan nuestros impuestos aquí. Preservar la verdad y la claridad compromete la prosperidad social de Ibiza, referente liberal de multiculturalidad, amenazada por esta izquierda ideologizada y manirrota cuyas ideas no traen prosperidad, como señaló Dos Passos: «El socialismo no sólo falló en promover la libertad humana, también ha fallado en producir comida».

Son las FemiNada, socios ideológicos del #TourismTerrorism contra el libre mercado capitalista que demolió el cinismo socialista: tras el muro de Berlín. Aquella buena gente no huyó hacia la «República Democrática Alemana» o Rusia; sino a la Europa liberal y democrática. Se llama memoria histórica.

«Las mujeres que han cambiado el mundo no han necesitado nunca otra cosa que mostrar su inteligencia». Rita Levi-Montalcini.