Los tres partidos que concurren a las elecciones al Consell de Formentera del próximo 26 de mayo ya han presentado sus listas. Me sorprende gratamente que en ellas haya un total de 75 personas que han decidido comprometerse a asumir un cargo público. En una sociedad pequeña como la formenterera, en la que todo el mundo se conoce, significarse claramente con unas siglas y con unas ideas tiene una dimensión muy distinta a la de hacerlo en una gran ciudad, donde todo queda mucho más diluido. Cada cual tendrá sus motivos, seguramente bien distintos, pero en todos los casos me parece admirable. Esos compromisos hablan muy favorablemente de la salud democrática de la isla.

Comprometerse con lo público debería hacerse por parte de todos los ciudadanos por lo menos una vez en la vida. Algunos piensan que dedicarse a la política local es un chollo muy bien pagado. Nada más lejos de la realidad. El cargo público lo es 24 horas al día, siete días a la semana. Sus vecinos le juzgan continuamente, cuestionan sus decisiones, critican sus actuaciones y, en muchas ocasiones, le hacen saber sus desacuerdos en el bar, el supermercado o en la plaza. De chollo nada. Gestionar recursos de todos es mucho más complicado que hacerlo en la empresa privada. Cualquier decisión pasa por diversos filtros y se somete a varios controles que hacen que la Administración sea lenta y tediosa, al tiempo que garantista.

Los tres partidos han hecho una parte del trabajo. Ahora los ciudadanos deberíamos estudiar los programas, escoger bien nuestro voto y lo más importante: el 26 de mayo introducirlo en la urna. Es poca cosa y supone mucho. Y a los 75 comprometidos, gracias sinceras, suerte y si resultan escogidos, serenidad y valentía para tomar decisiones adecuadas que mejoren la vida de sus vecinos.