A estas alturas hay pocas cosas que me sorprendan, pero no acabo de entender el silencio cómplice de los dirigentes de Podemos ante los recortes, ahora llamados «ajustes», que prepara el Govern balear. Echo en falta un vídeo de Gloria Santiago avisando sobre las consecuencias que tendrán los recortes del Govern de Francina Armengol sobre los ibicencos, las miles de personas que se verán afectadas en materia social, en temas de vivienda, en sanidad; porque el Govern balear, donde ahora sí está Podemos, no tiene dinero ni margen de maniobra para 2020. Para que se hagan una idea de la dramática situación que está por llegar, hay que «ajustar» 400 millones, no llegará financiación estatal mientras no haya Gobierno, y el dinero que se pedirá a los bancos el año que viene (1.500 millones) se utilizará íntegramente para pagar los préstamos pendientes. No es mala gestión. Simplemente es irresponsabilidad. Pero ni un comunicado de prensa, ni una performance callejera, ni una sola pancarta ante lo que se avecina en todas las islas. Acomodados en sus cargos, Podemos parece que ha olvidado totalmente a aquellos ciudadanos de buena voluntad que les votaron, que eran las víctimas de los recortes de Bauzá y Rajoy. ¿Ya no lo recuerdan? Tampoco se puede dar la culpa a la herencia recibida, porque todos los recortes vienen como consecuencia de decisiones adoptadas por la izquierda. Como decía la exportavoz parlamentaria Laura Camargo, en Podemos deciden unos pocos, no se reúne a los llamados «círculos», y han tomado el poder lo que ella llama «trepas». Lo dice Camargo, militante de Podemos y exdiputada. A mí me bastaría un poco de coherencia. Porque de la murga que dieron con los recortes del PP al silencio actual imagino que debe haber un término medio. Pero que no crean que los ciudadanos son tontos. No son ajustes, son recortes, aunque ellos miren para otro lado.