Robo en una farmacia de Sant Jordi con un cuchillo jamonero. | Archivo

El genio de Luis Aragonés dejó en la videoteca de maravillas aquel bucle de «ganar, ganar y volver a ganar». Algunos amantes de lo ajeno lo llevan al extremo con un «robar, robar y volver a robar». Algunos, muchos de ellos, entre robo y robo acumulan detenciones y apuntes en el historial de penales. Algunos, bastantes de ellos, siguen pegando palos a diestro y siniestro sin haber dado con sus huesos en la celda de un penal. El Código Penal se va reformando pero el paisano de a pie sigue entendiendo como inexplicables algunas situaciones que se repiten en el tiempo.

La incomprensión también se ha instalado entre los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, especialmente, entre aquellos que han detenido en reiteradas ocasiones al mismo quinqui. Un ejemplo sangrante es el protagonizado por el conocido como ladrón del bolardo . Desde hace una semana este delincuente se encuentra en prisión provisional. Ingresó a raíz de su quinta detención por parte de la Policía Nacional tras su enésimo golpe en Ibiza. Un robo con fuerza que perpetró cuando tenía sobre sus espaldas una reciente condena de tres años de prisión por los delitos de robo con fuerza. Su adicción a las drogas y la laxitud del Código Penal se unieron para que el delincuente, confeso y reincidente -al menos 16 robos, dos de ellos con violencia-, pululase la noche del martes por Vila.

El resultado: un nuevo golpe con los daños a cuenta de las víctimas. Y una semana atrás, una película similar con la detención del joven que protagonizó un atraco a punta de cuchillo jamonero en la farmacia de Sant Jordi. La Guardia Civil logró poner rostro y nombre al atracador que actuó cubierto con un casco. La Guardia Civil le localizó y arrestó por ese robo y otros tres atracos, uno de ellos con violencia. Libre con cargos como la factura de la luz. Lo dicho: robar, robar y volver a robar.