Rafa Ruiz. | Irene Arango - Archivo

Tras la citación como imputado del alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, en el ‘caso Puertos’, la estrategia electoral del PSOE de Ibiza ha cambiado radicalmente. De repente, la claque socialista ya no tuitea compulsivamente sobre la imputación del presidente del Consell d’Eivissa ni sobre el vídeo ‘La vida islados’, no porque piensen que ahí no hay nada que criticar, sino porque cada tuit censurando a Vicent Marí, sería una censura a su propio candidato a la alcaldía de Vila. Pero haría bien el PP en no confiarse en lo más mínimo, porque si han cambiado su estrategia es sólo por una cuestión de oportunidad, porque les conviene, no por convencimiento. Así como el PP no cree que Rafa Ruiz deba dimitir y ni siquiera son partidarios de que abandone su puesto en el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Baleares, para el PSOE Vicent Marí está ya juzgado, sentenciado y condenado. Solo que ahora callan porque sería peor para ellos decir lo que piensan.

Las encuestas siguen sin darles la menor posibilidad de desbancar a los populares del Consell d’Eivissa e incluso algún sondeo rebaja los diputados de la FSE-PSOE que lograrán escaño en el Parlament, de los seis actuales a cinco. Los socialistas ibicencos tienen ahora mismo más posibilidades de perder apoyo electoral que de ganarlo, por lo que no cabe descartar alguna sorpresa de fin de fiesta, porque de perdidos al río. Y no me refiero a las consabidas promesas electorales que se hacen en campaña electoral, sin la menor intención de llevarlas a cabo. Me refiero a un escándalo artificial o directamente un montaje, con la intención de destruir al adversario, como cuando PSOE y Podemos en Madrid dijeron haber recibido balas durante la campaña de 2021. Hay mucho en juego y ya todo vale.