Viviana de Sans.

Es muy bonito ver a la gente ilusionada. Ya lo escribió Balzaz: «Lo mejor de la vida son las ilusiones de la vida». Esto fue lo que pensé al oír entusiasmada a Viviana de Sans en Palma, rodeada de otros candidatos de Més Sumar, afirmar con toda rotundidad que «estamos absolutamente convencidas de que reeditaremos el gobierno de coalición en el Estado y que sin lugar a dudas tenemos la mejor candidata, Yolanda Díaz, que será la primera mujer presidenta del país. Estamos muy emocionadas e ilusionadas». Se me pone la piel de gallina y todo. Luego se me viene a la cabeza el fiasco cosechado por Unidas Podemos en las elecciones del 28 de mayo en Ibiza y en el resto de las Baleares, y aún me emociono más. Se me saltan las lágrimas. No es que la ciudadanía haya desalojado a Unidas Podemos del poder, sino que los han desahuciado de las instituciones. Inasequible al desaliento, Viviana de Sans hizo un pormenor inventario de los logros políticos atribuibles a Yolanda Díaz, como la gestión de la pandemia a través de los ERTE, la reforma laboral que «ha acabado con la precariedad laboral que hemos arrastrado durante décadas en este país» o que fue ella quien subió el Salario Mínimo Interprofesional. Ella solita, claro. Se le olvida a la exvicepresidenta del Consell d’Eivissa que la reforma laboral salió adelante gracias a la equivocación de un diputado del PP, lo que da idea de la falta de apoyo social que tuvo, ya que no la apoyaron ni los socios habituales del Gobierno de coalición (PNV, Bildu y ERC). Ya que le atribuye tantas cosas buenas, lo justo sería atribuirle también, aunque sea en parte, alguna responsabilidad en las malas, como la aprobación de la Ley ‘sueltavioladores’, también conocida como Ley ‘Sólo sí es sí. Y en todo caso, ya vimos en mayo cómo acabaron los candidatos a quienes Díaz apoyó en el Parque Reina Sofía. ¿No se acuerdan?