Marga Prohens, aplaudida tras ser investida presidenta del Govern. | Pere Bota

El Parlament balear otorgó ayer su confianza a la líder del Partido Popular de Baleares, Marga Prohens, para que sea investida presidenta del Govern. 26 votos a favor (PP y Sa Unió de Formentera), 25 en contra (PSOE, Més per Mallorca, Més per Menorca y Unidas Podemos) y 8 abstenciones (Vox). Hoy mismo, en un acto solemne en Sa Llonja de Palma, Prohens jurará o prometerá el cargo. Y el lunes harán lo propio los 10 hombres y mujeres que ella designe para dirigir las consellerias del nuevo Ejecutivo, integrado únicamente por políticos designados por el PP. Sin embargo y a pesar de la legitimidad democrática con que la nueva presidenta del Govern y su Ejecutivo se sitúan al frente del Poder Ejecutivo de la Comunidad Autónoma, ya ha habido protestas contra su designación, incluso delante del Parlament; e incluso un «aquelarre feminista» organizado por Movimiento Feminista de Mallorca. Para quien no lo sepa, un aquelarre, según el diccionario de la RAE, es una «junta o reunión nocturna de brujos y brujas, con la supuesta intervención del demonio ordinariamente en figura de macho cabrío, para sus prácticas mágicas o supersticiosas, aunque también se denomina así a la reunión de portada que algunos periódicos impresos celebran a media tarde para decidir lo que va en primera plana. Este nivel de movilización obedece a la estrategia electoral que han adoptado los partidos de izquierda, singularmente PSOE y Més Sumar, a fin de contrarrestar los malos resultados cosechados el 28 de mayo. Necesitan asustar a los electores ante amenazas realmente inexistentes, como que el Govern Prohens no habla de violencia machista. Es cierto que no habla de violencia machista, sino de violencia contra las mujeres. Pero eso es lo de menos, porque de lo que se trata es de meter miedo y difamar. Muy lamentable.