Mediados de agosto y en Formentera suenan muchas voces que hablan de una mala temporada turística. Si bien la ocupación hotelera se mantiene en datos muy parecidos al año pasado, el Consell dice que las reservas en alojamientos turísticos se han reducido en un 35%.

A estas alturas de la temporada sigue habiendo plazas disponibles para vehículos en el programa formentera.eco y en la mayoría de restaurantes hay mesas disponibles sin necesidad de reservar, algo impensable en agostos anteriores.

En los primeros meses de la temporada han sido muchos menos los turistas que han escogido Formentera para veranear y los que han venido han llenado mucho más los supermercados que la oferta complementaria.

La realidad es que venimos de unos años excepcionales en los que todo el mundo se había acostumbrado a que no hacía falta nada más que levantar la persiana para que la caja se empezara a llenar, pero todo tiene un final. Los precios abusivos por servicios que en muchos casos no están a la altura están empezando a pasar factura, el turista no está dispuesto a que le atraquen.Si bien los establecimientos que ofrecen un servicio impecable con un producto de alta calidad siguen trabajando muy bien, los que se quedaban a mitad de camino pero a precio premium están notando el bajón. Durante años el mantra «Esto es Formentera» justificaba todos los abusos por lo de la triple insularidad, el paraíso y todo eso, pero ha llegado un momento en que el consumidor se ha dado cuenta y no está dispuesto a ser desplumado, en fútbol lo llaman: cambio de ciclo.

Probablemente este sea el nuevo escenario de los próximos años, la isla deberá reinventarse una vez más y sobrevivirán aquellos que ofrecen realmente lo que cobran y en el resto habrá una criba necesaria.