Nunca fue realmente una política al uso, sencillamente una idea- lista de izquierdas, descontenta
con las opciones políticas que hasta entonces había y que la dejaban insatisfecha, a ella y a tantas otras personas que se ilusionaron con Podemos, el partido surgido en 2011 del ‘Movimiento 15-M’.
Viviana de Sans abandona la política, aunque sospecho que es la política la que la ha dejado. Tras ocho años al frente de Podemos en las Pitiusas, donde llegó a ser vicepresidenta 1ª del Consell d’Eivissa, con Vicent Torres como presidente de la institución en un gobierno de coalición de PSOE y Podem-Guanyem entre 2015 y 2019. Yo fui muy crítico con Podemos, aunque diría que mucho menos de lo que merecía, no tanto por su líder, sino por muchos cargos políticos, notoriamente incompetentes y que no es- taban a la altura del puesto que ostentaban y, por tanto, se entregaban con cuerpo y alma al populismo más estridente y desacomplejado, además de a los vídeos en TikTok como único medio para desviar la atención de su ineptitud manifiesta. Alguna vez escribí alguna columna reconociendo algún acierto de la vicepresidenta del Consell y recuerdo que ella, medio en broma, medio en serio, me reprochó que con mis artículos, le causaba problemas internos. Dejé de hacerlo, porque desde que
la conocí le tuve mucho respeto y cierto aprecio, algo que intuyo que ha sido mutuo, básicamente porque siempre ha dado la cara, siempre ha cogido el teléfono, siempre ha estado dispuesta a dar explicaciones y siempre ha ido de frente. No es algo que puedan decir todos los líderes políticos de las Pitiusas, que muy a menudo se parapetan detrás de sus gabinetes de prensa (o mejor sería decir de propaganda) y dan la callada por respuesta. Viviana nunca fue de esta clase de dirigentes y debo
reconocerle su honestidad y su entrega a la res publica.