Los cierres de las discotecas y clubes de Ibiza ponen el punto final a una temporada turística muy buena en cuanto a número de visitantes y al gasto por turista. El colofón estival son los ‘closing’, que se han desarrollado sin incidentes reseñables, lo cual es meritorio dado el volumen de público que asiste a estos espectáculos de primer nivel y de relevancia internacional. Como es lógico y razonable, son eventos de enorme interés y a los que asisten miles de aficionados a la música electrónica, provenientes de muy diversos países. Algunas estimaciones apuntan a más de 20.000 visitantes. Por ello, es muy procedente y conveniente que el Ajuntament de Sant Antoni conceda una ampliación horaria que solicitó una de las principales discotecas de la isla.

A diferencia de lo que sucedió en Portmany cuando gobernaba la izquierda (es un decir), los actuales gobernantes entienden la importancia que para la economía de Ibiza tienen los ‘closing’, que suponen un considerable volumen de facturación para todo tipo de empresas y negocios; desde hoteles, restaurantes, bares, aerolíneas, ‘transfers’, taxis, coches de alquiler, etc. Sólo desde el sectarismo más recalcitrante y desde la ignorancia supina de la que ciertos socialistas hacen gala a la mínima oportunidad, puede justificarse la oposición a facilitar el normal desarrollo de estos espectáculos tan beneficiosos para la economía isleña. Por supuesto, el líder de los socialistas de Sant Antoni critica en la red social X que se autorice la ampliación de horario. Él tiene su buen sueldo asegurado desde hace muchos años y no tiene que buscarse las habichuelas, como ha de hacer la práctica totalidad de la clase trabajadora, que depende de lo que ingresa en verano para pasar el invierno, que en las Pitiusas, como todos menos Antonio Lorenzo sabemos, es muy duro y apenas hay trabajo. Pero eso a él, le da igual.