En los años 80 Alaska y los Pegamoides ironizaban sobre la cesta de la compra con aquello de «terror en el Hipermercado, horror en el ultramarinos». La letra de la divertida canción que permanece en nuestra memoria lamentablemente se ha hecho realidad por culpa de la inflación.
Si la cesta de la compra en Formentera ya era un 22% más cara que en la península en el pasado 2022, según un estudio del Observatorio de Datos de la isla, el alza de los precios la ha ido convirtiendo en insostenible en los últimos meses.
La maldita inflación era una lluvia calabobos que iba inflando poco a poco el coste de la vida y ahora se ha convertido en una tromba continua que está a punto de ahogar a muchas familias.
Según el Panel de Consumo Alimentario en Hogares del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación llenar el mismo carro que en 2013 costaba 100 euros ahora cuesta 40 euros más. Estos son unos datos globales que si los del Ministerio vinieran por Ibiza y Formentera seguramente sería un incremento muy superior. En el largo listado de alimentos que han subido su precio en dicho panel está, para sorpresa de nadie, el aceite de oliva que ha subido en la ultima década un 140%, la misma proporción que otro producto que pasa más desapercibido: la judía verde. El kiwi es el tercero de los artículos que más se han encarecido en un 108%. El jamón ibérico y el salmón ahumado tan consumido en las próximas fiestas navideñas acumulan una subida del 90%. Un producto tan básico como el arroz aparece en octava posición: en 2013 el kilo no llegaba al euro y ahora está por encima de 1,7 de media.
Si al incremento de los productos alimentarios añadimos el de la electricidad los combustibles el panorama es desolador. De ese modo los usuarios de los comedores sociales y de Formenterers Solidaris no paran de crecer y ya no estamos en pandemia.