Cuando cada año, desde la Delegación del Gobierno en Baleares, se airea el número de agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que integrarán la ‘Operación Verano’, se hace creer que son efectivos de refuerzo para atender la avalancha de turistas que escogen nuestra Comunidad Autónoma para veranear. Es mentira. Ese refuerzo no es tal refuerzo. Lo que hacen básicamente estos policías y guardias civiles en comisión de servicio, es permitir que la plantilla destinada en Baleares pueda irse de permiso, tomarse vacaciones, sin que se vacíen las unidades de personal en un momento donde la población se multiplica; y con ella, la delincuencia. Desde luego, nunca hemos tenido conocimiento de que policías y guardias civiles planteasen exigencias en los hoteles donde son alojados, ni que renunciasen a la comisión de servicio porque no podían traerse a su cónyuge o pareja, algo que según está desvelando Periódico de Ibiza y Formentera, sí ha sucedido con algunos inspectores y subinspectores de trabajo que venían en julio y agosto para reforzar la inspección.

Dado que, según hemos sabido, se hacen alrededor de 200.000 inspecciones en todo el año y los refuerzos estivales significan el cinco por ciento, esto es 5.000 inspecciones, ya podemos asegurar que tal refuerzo realmente era pagarles las vacaciones a estos funcionarios. Visto así, se comprende que el Govern de Marga Prohens opte por invertir mejor los 400.000 euros que cuesta traer a los inspectores de trabajo de vacaciones, a cambio de hacer unas pocas inspecciones. Con este dinero se dotará económicamente las Oficinas de Medición de Cargas de Trabajo en Hostelería, lo que resultará más eficaz que pagar traslados, manutención, estancia, dietas y coches de alquiler y, encima, que los colegas del exconseller de Trabajo y portavoz socialista, Iago Negueruela, no queden satisfechos.