Idoia Ribas, este pasado martes en el Parlament. | Teresa Ayuga

Los diputados de Vox están determinados a hacerle la vida imposible al Govern de Marga Prohens de tal manera que se muestran dispuestos a impedir que se aprueben los Presupuestos de la Comunidad Autónoma y obligar así a que se prorroguen los del último ejercicio de Francina Armengol. Será porque les parecerán mejores las cuentas públicas del Pacte de PSOE, Unidas Podemos y Més per Mallorca, que las que ha presentado el vicepresidente Antoni Costa para 2024 y que garantizarían el cumplimiento de buena parte de los acuerdos suscritos por PP y Vox. Las exigencias que plantean los ultraconservadores, conscientes de que sus votos son cruciales para la aprobación de los primeros Presupuestos de Prohens, son una demostración pública de que ellos tienen la sartén por el mango para hacer ir el aceite donde quieran, más que una batería de aportaciones para mejorar las cuentas del Govern, y con ellas la vida de los ciudadanos. La irresponsabilidad de la que hacen gala los de Idoia Ribas es alarmante y pone de manifiesto que Vox es un socio con el que no se puede confiar; más dispuestos a la inestabilidad y la confrontación estéril, para regocijo de la oposición de izquierdas, antes que a la contribución constructiva a la acción de gobierno. Se empeñan en evidenciar que con ellos es imposible avanzar. Su acción política se circunscribe a torpedear al Govern y a impedir que el cambio que los ciudadanos reclamaron en las urnas el pasado mes de mayo, se materialice. No se trata de aportaciones en positivo, sino de iniciativas para dinamitar la convivencia con medidas ideológicas profundamente radicales que no conducen a ninguna parte. La crispación parlamentaria llevada a la acción de gobierno, chantajeando al PP sistemáticamente. Mejor será prescindir de unos socios tan poco fiables y tan proclives al sabotaje.