La presidenta del Govern, Margalida Prohens. | Europa Press - Isaac Buj

La ruptura de Vox en Baleares ha generado un terremoto político en el que, en contra de lo que pudiera pensarse, el PP de Marga Prohens no sale tan mal parado. Los populares comenzaron la legislatura pactando con los entonces ocho diputados de Vox y el único de Sa Unió. Medio año más tarde, el de Sa Unió, Llorenç Córdoba, va por libre tras ser expulsado de la coalición y el abanico de opciones para el PP se abre, al dividirse Vox en tres opciones: la del diputado Xisco Cardona, que dejó la formación en noviembre y se pasó al Grupo Mixto; la de los cinco díscolos (Idoia Ribas, Sergio Rodríguez, María José Verdú, Agustín Buades y Manuela Cañadas) y la de los dos expulsados por los anteriores, Patricia de las Heras (presidenta de la formación en las Islas) y Gabriel Le Senne, actual presidente del Parlament.

Muchas son las preguntas que se hacen los ciudadanos ahora. Y es que, por ejemplo, si Vox acaba expulsando a los cinco díscolos, ¿en calidad de qué estarán en el Parlament? De momento, el secretario general del partido, Ignacio Garriga, ha anunciado que ha solicitado que se inicien los trámites para su expulsión y que, mientras se toma la decisión, esta sea cautelar. «Los grupos en el Parlament pueden expulsar a sus miembros», han explicado fuentes consultadas por Periódico de Ibiza y Formentera, «pero ahora se va a dar la circunstancia, desde luego peculiar, de que vas a tener un grupo de Vox formado por gente que ha sido expulsada del partido». Enfrente estarán la presidenta de la formación en Baleares, Patricia de las Heras, y Gabriel Le Senne, a los que la dirección nacional ha mostrado su total apoyo tras ser expulsados del grupo parlamentario. Pero ellos no podrán permanecer en el Parlament como diputados de Vox, sino que lo harán como no adscritos a ningún grupo. Un escenario que, para la formación, va más allá de lo complicado.

Para el PP, sin embargo, la cosa se suaviza con respecto a la situación que había hasta este lunes. Negociar con ocho diputados de Vox no es lo mismo que hacerlo con uno, dos y cinco. Y más teniendo en cuenta que los díscolos ya han mostrado ser capaces de matizar sus exigencias hacia Marga Prohens porque, señalan las mismas fuentes, «son más pragmáticos». Cuestión aparte será el hecho de que el PP se apoye en diputados que han sido expulsados de las formaciones con las que llegaron a la Cámara autonómica. Es una mera cuestión de imagen pero que la oposición no dudará en emplear para atacar la ética del Govern del PP.

Finalmente, nada se sabe sobre qué sucederá con el acuerdo rubricado entre PP y Vox al inicio de la legislatura. Un acuerdo que tenía como punto fundamental el de acabar con la inmersión lingüística del catalán. Este punto se encuentra entre los motivos de conflicto dentro de Vox pues todo indica que De las Heras es más partidaria de una implantación de la libre elección de lengua por la vía rápida mientras que los díscolos confían en la palabra dada por el PP, que pasa por la puesta en marcha de un plan piloto del que no se conocerían los resultados hasta dentro de tres años. Es de prever que unos y otros sigan trabajando para que el acuerdo se cumpla y que, incluso, puedan pactar entre ellos no ponérselo fácil al PP en según qué materias. Sin embargo, tampoco se puede descartar que los cinco díscolos, una vez fuera de Vox, puedan negociar su propio pacto con Prohens, con la libertad que da no deberse a la disciplina del partido a nivel nacional y dando a los populares más estabilidad en la mayoría absoluta.