Excavaciones en el Cementerio nuevo de Sant Francesc, Formentera. | CAIB

El 7 de agosto de 1936, las tropas del bando republicano desembarcaron en Formentera para retomar el control que perdieron a raíz de la sublevación militar del general Franco semanas antes. Aquel día se derramó la primera gota de sangre de la Guerra Civil en las Pitiusas. Pese a no encontrar ninguna resistencia, los republicanos ajusticiaron a tres personas: Joan Torres, sacerdote de la Mola;el sargento retirado Lucas Ramón y el cartero Bartomeu Torres, miembro de La Falange y, a su vez, cuñado del militar. Los dos primeros fueron asesinados en la Savina y sus cuerpos, se supone, que fueron lanzados al mar. Sus nombres figuran en la placa situada en la Catedral de Ibiza junto con el de otros 110 hombres que murieron a manos de los republicanos, la mayoría durante los ‘Fets des Castell’ el 13 de septiembre. Durante el primer Govern de Armengol se inició la exhumación de fosas de la Guerra Civil y la posguerra. Una reparación que para muchos familiares de las víctimas llegó tarde, pero que supuso un ejercicio de justicia y de reparación. De la misma manera, no se entiende que no exista nada en Formentera que recuerde la historia de estos tres hombres. Sin embargo, aún se está a tiempo. Lucas Ramón Torres tiene 91 años y es el más veterano del clero ibicenco. Deán de la Catedral de Ibiza y prelado de honor de su Santidad, con apenas 4 años perdió a su padre y a su tío en Formentera. Ya saben cómo. Y según me dijo ayer, hace mucho tiempo que perdonó a los culpables de aquel trágico episodio familiar. El padre Lucas, quien desde el inicio del Periódico de Ibiza y Formentera escribe artículos de opinión en estas mismas páginas, tuvo a bien aceptar la invitación del programa ‘Sa cadira des majors’ de la TEF. No se pierdan la entrevista el próximo martes.