S oy nieto del fundador del Club Náutico Ibiza, Francisco Costa Torres. Desgraciadamente, no tuve la suerte de conocerlo, pero uno de los legados que ha dejado, a mí y a una gran parte de la sociedad ibicenca y residentes, es nuestro Club Náutico, una maravillosa oportunidad para abrirnos las puertas del mar y el respeto al mismo. En la actualidad, se cumplen 99 años de vida de nuestro querido Club Náutico Ibiza. Y me encantaría que durase 99 años más.
Aquí tuve la oportunidad no tan solo de conocer el mar sino de forjar amistades de por vida, ser coetáneo a la vez de nuestros mayores, que tanto nos enseñaron y aportaron a este pequeño pero afable club.

Tal vez la gestión de nuestro club náutico, con los pocos medios económicos que ha tenido, se ha visto en la tesitura de lidiar con gigantes que únicamente buscan un rédito como cualquier empresa, sin ningún ánimo de docencia hacia las nuevas generaciones. Me gustaría lanzar este mensaje a las administraciones competentes para que den un paso atrás, pues de sabios es rectificar, y desconvoquen un concurso que jamás debería haber sido planteado. Qué será de nuestros mayores, a los cuales tanto les debemos, de los niños en las escuelas de verano y, sobre todo, de la gran labor llevada a cabo por el club con las personas discapacitadas. Quiero y deseo que este agónico periplo tenga un final acorde con lo que Ibiza se merece, que no es otra cosa que la conservación de nuestra historia y cultura y que por desgracia con tanta facilidad hacemos desaparecer.