Durante toda mi vida he estado ligado al Club Náutico de Ibiza,    donde he podido aprender a navegar y a querer y a respetar el mar. Esta escuela de vida ha dejado en mí tal impronta que en muchos casos ha determinado mi forma de ser, así como ha posibilitado la realización de muchos de mis sueños y donde he forjado amistades que duran toda la vida.

Ahora tengo 70 años y sigo participando en regatas. Puede ser que no pueda participar nunca más, porque una entidad como es la APB, que gestiona el espacio público de los puertos, quiere decir que al ser público es de todos. Lo gestiona de una manera totalmente despótica de espaldas a la    sociedad, sin tener ninguna sensibilidad hacia nadie, solo mirando el aspecto económico, como si fuera una empresa privada.

Prueba de ello son las diferentes acciones que ha realizado o permitido en algunos casos de dudosa legalidad, como la existencia de un bar sobre la escollera donde se encuentra la luz verde que marca la entrada al puerto para la navegación o el edificio que se ha construido en el Martillo después de que en dos sesiones plenarias del Ayuntamiento de Ibiza se aprobase por unanimidad de todos los partidos que allí solo habría una plaza.

Dicho edificio lo construyeron con la excusa de dar servicio a las marinas y que no habría locales comerciales. Y es curioso que en la última concesión para yates otorgada hace poco se contempla la posibilidad de hacer alguna actividad comercial en esos locales. Son pasos que han ido privatizando todo el puerto hacia las grandes esloras y el lujo, alejando más la posibilidad de poder disfrutar del mar a todos los ciudadanos normales de una isla como es Ibiza, donde el mar es una cultura obligada por estar rodeados de agua. Y el poder navegar, pasear, ir a pescar o practicar algún deporte de vela está dentro de nuestros genes y esto será imposible si desaparece el Club Náutico de Ibiza.

Es el último lugar que nos queda a los ibicencos dentro de este puerto cada vez más alejado de todos, con la incongruencia de que era un puerto totalmente integrado con la ciudad.

La actitud de la APB hacia los clubs náuticos que por desgracia estamos dentro de los ‘Puertos de interés general’ provoca total    indefensión ante la voracidad especulativa de la APB. Este ‘interés general’ en nuestro puerto es discutible, ya que se destruyó una preciosa bahía para construir un nuevo puerto comercial, para sacar del puerto viejo toda la carga y pasaje con la idea de recuperarlo para la ciudadanía. En cambio, resultó    ser para privatizarlo y además expulsar a los ibicencos de toda posibilidad de poder disfrutar de nuestras aguas, nuestras aficiones y deportes.

La destrucción del Club Náutico de Ibiza, que tiene 99 años de existencia, es la puntilla final para todos los 1.200 socios que tiene la entidad. Y aunque haya otros clubs náuticos en la misma situación como el Real Club Náutico de Palma, el cual apoyo totalmente, estoy seguro de que por esta tesitura no pasará, ya que se encontrará una fórmula para salvarlo, pero nuestro Club quizá ya no exista.

Para muchos, Ibiza todo es lujo, fiesta, champagne y caviar, así que no pasa nada.