El PSOE no es un partido político, sino una secta de fanáticos que siguen irracionalmente a un caudillo embrutecido y sin escrúpulos, cuya palabra no vale nada. Pedro Sánchez afirma que «tratamos de hacer de la verdad nuestra forma de hacer política». ¿A qué verdad se refiere? Porque la verdad según el líder socialista muta cada semana y él se acoge a la que más le conviene a él personalmente, por más que eso le obligue a cambiar de posición política cada dos por tres. Dice Sánchez sin ruborizarse, pero causando vergüenza ajena, que el PSOE trata de hacer de la verdad su forma de hacer política, pero diariamente comprobamos que es justo al contrario. La mentira y el engaño son su modus operandi. La utilización perversa de las instituciones democráticas, incluso delinquiendo si es preciso. Es lo que tiene andar compadreando amnistías con criminales, que uno ya no sabe distinguir al delincuente del honrado. Y así, sucede que se protagoniza una trama de corrupción generalizada aprovechando el estado de alarma por la pandemia de la Covid-19, con la compra de material sanitario a amiguetes que luego te pagarán una jugosa mordida, y se pretende hacer creer que esa trama donde está involucrado el exministro de Transportes y exnúmero dos del PSOE, José Luis Ábalos, es en realidad una trama de corrupción del rival político.

INSULARIDAD
El pasado jueves se reunió la Comisión Mixta sobre Insularidad en el Senado. Lo que sucedió allí se puede ver en Youtube, pues se emite en directo. Yo mismo me martiricé viendo a sus señorías, diputados y senadores, en el debate de sus mociones para aligerar el peso y la dureza de la vida de la población isleña balear. Porque las crónicas periodísticas y las agencias de noticias dicen que los socialistas votaron en contra de una proposición de ley de Vox donde solicitaba al Gobierno a actualizar y mejorar el complemento de insularidad de los empleados públicos del Estado en Baleares. El senador Pere Joan Pons afirmó falsamente que «ya hay una actualización del complemento» y negó que haya problemas para cubrir las vacantes que se producen.

Además, la diputada Milena Herrera, portavoz del PSIB-PSOE, defendió que ya no es necesario crear un partido judicial en Formentera, contrariamente a lo que han venido prometiendo los socialistas, porque ahora hay una oficina judicial que permite celebrar videoconferencias. Y el exalcalde de Palma, el senador José Hila, defendió que el Gobierno no pague el traslado de residuos entre islas, concretamente de Formentera a Ibiza, y también de las Baleares hacia la Península, pero con la condición de que el Govern presente un plan de prevención y reducción de residuos.

LA VERSIÓN DEL PSOE
Sin embargo, al día siguiente, viernes, desde el PSIB-PSOE se difundió una breve nota de prensa con un relato delirante, que sostiene justo lo contrario de lo que hicieron en realidad sus representantes en la Comisión Mixta. Según ellos, Pere Joan Pons anunció que el Ministerio de Función Pública ha expresado su compromiso de crear un grupo de trabajo para estudiar mejoras del plus de insularidad y que es la primera vez que el Gobierno de España adquiere este compromiso concreto. Como ven, nada que ver con lo que ocurrió, donde Pons votó en contra de aumentar el plus de insularidad y se pitorreó de la iniciativa de Vox.

Según el comunicado, Milena Herrera expuso la necesidad de llegar a un acuerdo para hacer posible el senador de Formentera, asegurando que el PSOE «está a disposición de todas las formaciones políticas para poder llegar a un acuerdo». Mentira porque acaba de haber una modificación constitucional donde se pudo incluir lo del senador propio para Formentera y no se hizo nada porque no les dio la gana.

De la negativa a crear un juzgado de primera instancia e instrucción en Formentera, la nota de prensa no dice ni una palabra, pero supone un cambio de posición política radical que, desde luego, no supone defender los derechos de los ciudadanos de la Pitiusa del sur, sino sostener que sean ciudadanos de tercera. Y, por último, la nota de prensa del PSIB sostiene que para que el Estado pague el traslado de residuos, el Govern actual debe presentar un plan de reducción de residuos.

Omite decir por qué el Govern balear de Francina Armengol durante ocho años no hizo nada al respecto. Así pues, desde el grupo PSOE se deja claro que esta es su forma de hacer política. Y no es, como falsamente dice Pedro Sánchez, diciendo la verdad; sino usando la mentira y el engaño continuamente. En esto ha degenerado totalmente esta secta política proclive a los delincuentes.