El chef Salt Bae. | Instagram

Cada año por estas fechas revive la ‘nueva Ibiza’, que en realidad es la de todos los años, solo que con más cretinos tratando de vendernos la misma moto gripada que el año anterior. Abres el periódico y te encuentras el mismo balance de cada año tras la Semana Santa, que ha sido positiva pero no tanto como cabía esperar, o mejor dicho, que cabía desear. Para algunos nunca es suficiente y resulta agotador oír sus lamentos porque la caja registradora nunca acaba de llenarse todo lo que les gustaría, ni tan rápido como ansían. También te topas en la prensa con un parrillero que se hace pasar por chef, aunque nadie le ha visto nunca cocinar y lo más que hemos comprobado es que sala en exceso la carne, como si escanciara sidra pero poniendo cara de estreñido. Y como tiene millones de seguidores en sus perfiles de Instagram y TikTok, promocionamos sus obras, literal, gratis total. Nusret Gökçe, alias Salt Bae, está construyendo en Ibiza 51 apartamentos de lujo, cómo no, con aparcamiento subterráneo para 80 coches, cuatro restaurantes y no sé cuántas cosas más, para lo que ha invertido la nada despreciable de 100 millones de euros. Ahora sólo le falta vender sobre planos su ‘nueva Ibiza’, que está más vista que el tebeo. Hemos visto a tantos hacer el pánfilo con un chaleco amarillo y un casco blanco, como si fuera el escayolista, que no nos sorprende. Si en algún momento nos pudieron parecer graciosos, ya no nos hacen la menor gracia. Los promotores de la ‘nueva Ibiza’ han proliferado como la gripe en invierno. Un antiguo empleado, descontento, obviamente, le calificó de «tirano mezquino cuya obsesión por la riqueza y el exceso se extiende sólo a él». Yo no puedo juzgarlo porque ni le conozco ni le conoceré jamás. Mi hipertensión me desaconseja el menor contacto con un parrillero que abusa de la sal.