El informe ‘Situación Baleares 2024’ del BBVA, presentado este jueves en Palma, pronostica que la economía balear finalizará este año con un crecimiento del 2,5 %, pero para el año 2025 este crecimiento sufrirá una desaceleración notable, quedándose en el 1,7 %. Este crecimiento de la economía requiere de la creación de hasta 28.000 puestos de trabajo entre 2024 y 2025, lo que dejará la tasa de paro en el 9,5 por ciento. Pero la escasez de mano de obra, causada por los problemas de acceso a la vivienda, la falta de relevo generacional y la insularidad, amenaza con echar por tierra estas expectativas optimistas que dibujan un panorama económico tan prometedor y vulnerable. La demanda de trabajadores superará la oferta, lo que inevitablemente llevará a un aumento en los salarios para retener a la mano de obra. Esta tendencia, aunque beneficiosa para los empleados, podría generar presiones inflacionarias y afectar la competitividad de las empresas. Además, la falta de mano de obra también plantea la posibilidad de que algunas empresas se vean obligadas a reducir su actividad o incluso dejar de prestar servicios. Sectores clave como la construcción y la hostelería ya han experimentado dificultades para cubrir puestos vacantes, lo que impacta negativamente en la oferta de servicios. Ante este escenario, es crucial que las autoridades y los actores económicos aborden la principal causa de la falta de trabajadores: la problemática del acceso a la vivienda. Solo así podremos asegurar un crecimiento económico sostenible y equitativo en Baleares en los próximos años. Son muchos los profesionales que antes venían a hacer la temporada turística a las Pitiusas pero han dejado de venir porque no les sale a cuenta. La vivienda se lo come todo. Y a este paso amenaza con comerse también la riqueza que genera el turismo.