Que en la moderna y fenicia Ibiza todo se vende se ha vuelto a demostrar con su Club Náutico. ¿Qué son cien años de historia y arraigo popular ante los escualos new age, cuyo héroe es el hortera Gordon Gekko? El milagro que unió a toda la sociedad y sus partidos políticos contra las prospecciones petrolíferas que avalaba el gobierno central, sospechosos maletines incluidos y ministros indignos, fue una victoria épica contra todo pronóstico ante los poderosos tiburones del oro negro.
Esta vez no pudo ser. Aparentemente la mayoría política isleña y por supuesto la sociedad pitiusa estaba a favor de la continuación del Club Náutico, pero solo Mariano Juan ha votado a su favor. En Autoridad Portuaria (¡vaya tropa!) hacen cosas muy raras. La especulación y oscuros intereses están por encima de las emociones y la voluntad popular. ¿Valores humanos? Bah, hoy van antes los mercantiles en el emputecimiento general de las Pitiusas y allende los mares. Poderoso caballero es don dinero en cualquier época, pero hoy es todavía más indecente. El próximo y delirante avance será la venta del puerto de San Antonio a las navieras, para aniquilar la resurrección de la mejor zona geográfica de las Pitiusas. ¿La vela deportiva, la navegación de recreo, el placer de la mar color de vino? Eso es algo que los tiburones no soportan si pueden llenarse los bolsillos con mastodónticos ferrys que destrocen la armonía de una bahía esplendorosa. Cosas del progreso decadente.
El ministro Puente se ha lavado las progres manos a lo Pilatos sin pelotas y no ha hecho ni caso de los requerimientos de los políticos ibicencos. Veremos si las inversiones prometidas Y anunciados avances fabulosos se hacen realidad por los nuevos gestores, pero algo huele a podrido cuando los valores no valen nada.