La ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez. | Europa Press - María José López

Oh, qué asombroso privilegio es vivir en una época donde nuestros líderes políticos son tan diligentes y atentos a las necesidades de sus ciudadanos! La reciente hazaña de la ministra de Vivienda del Gobierno de España, Isabel Rodríguez, en su visita a Ibiza, es una obra maestra de la gestión del tiempo. ¿Quién necesita abordar los problemas reales de la ciudadanía, cuando puedes simplemente evitarlos torpemente y sin atisbo de elegancia? En un acto de valentía suprema, la ministra decidió que reunirse con el presidente del Consell d’Eivissa para tratar del problema más grave de la isla, era simplemente desagradable y demasiado tedioso Después de todo, ¿quién quiere lidiar con problemas de vivienda cuando puedes participar en actividades mucho más emocionantes como ser entrevistado en la Cadena SER? Ahora los ibicencos ya tienen la certeza de saber que el drama que padecen con respecto al acceso a la vivienda, no es lo suficientemente importante como para interrumpir la ajetreada agenda de la ministra de Pedro Sánchez, el desbordado. ¡Qué honor tan exquisito ser ignorado de manera tan espectacular! La ministra ha demostrado ser una maestra en el arte de la evasión y también de la grosería y la mala educación. Por supuesto, debemos felicitarla por su habilidad para priorizar actividades sin la menor importancia, absolutamente prescindibles y sin efecto perceptible sobre el bienestar de la ciudadanía, sobre aquellas que realmente importan al conjunto de los residentes de Ibiza. Aplaudimos a Isabel Rodríguez por su incompetencia al mostrar al mundo cómo se manejan los problemas reales. ¡Esperamos con ansias su próxima visita, donde seguramente encontrará nuevas formas de evadir las responsabilidades de su cargo! Porque ya sabíamos que el PSOE sólo puede actuar sobre el problema de la vivienda empeorándolo. O ignorándolo, como hasta ahora.