El PSOE presentó el pasado jueves una moción en el Consell d'Eivissa con 12 propuestas para afrontar los problemas que está generando a los residentes la saturación turística. De entrada, el Gobierno de Vicent Marí estaba dispuesto a aceptar cinco y, aparte, le pedía modificar mínimamente cuatro más. Nueve de 12. No está nada mal considerando la polarización que vivimos desde hace tiempo.

Las propuestas del PSOE, defendidas por Josep Marí Ribas Agustinet, eran todas ellas razonables, sensatas y yo diría que, incluso, imprescindibles. Por eso no entiendo, y creo que nadie medianamente inteligente lo hará, su cerrazón a la hora de admitir las modificaciones que le pedía el PP, que eran, insisto, mínimas. Esa cerrazón dio al traste con lo que podía haber sido una aprobación por mayoría de gran parte de los puntos de la moción. Pero Agustinet prefirió el sectarismo y, para no variar, el victimismo.

La realidad es que Agustinet y los suyos son los responsables principales de la situación que atraviesa hoy Ibiza. Han estado gobernando ocho años y ha sido en ese periodo de tiempo cuando la isla se ha convertido en la ratonera que es hoy para los ciudadanos de a pie, los que no tenemos el riñón cubierto y vemos cómo lo de llegar a fin de mes sin tener la cuenta en números rojos es cada vez más imposible.

Mariano Juan anunció que el Consell convocará una mesa para analizar la situación y buscar soluciones. Dicen que la mejor forma de no solucionar nada es esa, convocar una mesa. Pero, por si acaso, le recomiendo que no cite a quienes nos han llevado a este cul de sac porque, cuando pudieron, potenciaron el chuletón forrado de oro, las mansiones para millonarios y el putiferio imperante. Eso sí, todo en nombre de lo verde y de las señas de identidad.