Es un clamor el malestar que hay entre algunas plantillas de profesionales por no poder “ni tocar” ni criticar al alcalde de Sant Antoni y su gobierno. Las órdenes son estrictas, pero luego van dando lecciones de pluralidad e independencia al resto.

Ayer a Morrás le sobró el tiempo en la comisión de las autovías de Ibiza y pudo pedirle a Matas por su viaje a Palma. Curioso.