En la política hay cosas que siempre se suelen respetar, pero no ocurrió así en el plenario del jueves en Vila cuando el PP aprovechó la ausencia de dos concejalas del gobierno municipal (Elena López y Desirée Ruiz) para ganar una votación. En estos casos siempre deben salir dos concejales de la oposición para que se mantenga el equilibrio y no hay ninguna excusa para no hacerlo. Las tensiones políticas no deben, en ningún caso, romper con las reglas democráticas que tienen que imperar por encima de todo en las instituciones. Lo demás sobra.

Desautorización de Ruiz a las concejalas que han gestionado las obras de Macabich

«Si vuelve a fallar un concejal, me avisa y me pondré al frente». Esta frase pronunciada por Rafa Ruiz, alcalde de Vila, es una clara desautorización a Desirée Ruiz, edil responsable de Comercio, que se reunió con los comerciantes de Isidor Macabich y no pudo ofrecer ninguna solución. En cambio, Ruiz sí ofreció ayudas unas horas después. Resulta difícil de creer que Desirée Ruiz no pudiese plantear una alternativa a los comerciantes. En lugar de asumir los errores del gobierno, Rafa Ruiz prefiere apuntar a sus propios compañeros.