E l lunes este periódico publicó una interesante entrevista al director del aeropuerto de Eivissa, Roberto Llamas, en la que aseguraba estar muy contento con el nivel de satisfacción mostrado por los usuarios del aeródromo en relación a la calidad de los servicios recibidos. No seré yo quien dude de las encuestas que lleva a cabo AENA, pero entiendo que hay muchos aspectos mejorables en es Codolar, como el (poco) funcionamiento de los fingers, la limpieza de los baños o la lentitud a la hora de superar el control de seguridad en según qué horas. Por otro lado, como bien asegura Llamas, para muchos turistas que visitan la isla el aeropuerto es la primera imagen que se encuentran al pisarla después de divisar desde el aire las dos canteras que esguerren el paisaje cercano, pero sobre esta cuestión el director no puede hacer nada. Como entiendo que tampoco está en sus manos el cambiar la publicidad de la isla que se da en ‘su’ aeropuerto, donde la mayoría de anunciantes son discotecas en vez de bucólicos paisajes y playas de ensueño, que es lo que a la mayoría de ibicencos nos gustaría. Sí, lo sé. ‘Mi’ periódico, por suerte, en verano también va repleto de publicidad de estos negocios, lo que entiendo que no me incapacita para criticarlo. Supongo que nos lo merecemos, pese a tener varios bienes declarados Patrimonio de la Humanidad, unas playas por las que en el Caribe matarían y una gastronomía que no cambio por ninguna otra.
En cuanto a la presencia de taxistas ilegales en la terminal, y pese a no tener competencias en transporte terrestre, creo que AENA podría implicarse más y ser un gran punto de presión para que la presencia policial fuera mayor en el aeropuerto. Las espectaculares cifras en el número de pasajeros no deben hacernos olvidar que todavía hay cosas que mejorar en nuestro aeropuerto, el de todos los pitiusos.