Esta es la segunda versión de un artículo sobre el mismo tema. El primero lo he tenido que borrar y me alegro de ello. Se escribió antes de saber que el Ayuntamiento de Vila había decidido mantener el belén de Sant Elm por una cuestión económica. Imagino que el alcalde se alegrará de no haberlo leído, de que lo haya borrado. Y yo de haber tenido que borrarlo y escribir este nuevo texto. Me alegro de que los políticos escuchen a la gente, que sepan rectificar, que sean conscientes de que están en los cargos para resolver problemas y no para crear nuevos conflictos. Me alegro de que Ruiz, que sin disimulo se ha desmarcado de los actos religiosos, sea consciente de lo importante que puede llegar a ser un belén para una ciudad. El alcalde de Vila es una persona joven, con unas ideas respetables, y que está totalmente legitimado para tomar las decisiones que considere oportunas. Pero no creo que haya que ser inflexible y tampoco me parece que el problema sean los 4.000 euros (en realidad son 3.200 euros) que cuesta mantener la seguridad de la iglesia para que los ciudadanos de Vila puedan disfrutar del belén. Las tradiciones enriquecen a un pueblo. Guste o no, gran parte de nuestras tradiciones nos llegan de la Iglesia católica. Y por ello no me gustan los mensajes extremistas, ni los comentarios que puedan ofender a todos aquellos que practican una religión determinada. Y no me han gustado los desplantes que Ruiz y otros políticos ibicencos han tenido con la Diócesis de Ibiza y Formentera. Está fuera de lugar y no deben olvidar estos representantes políticos no solo se representan a ellos mismos. Eso lo harán cuando dejen la política. De momento representan a los ibicencos y hay muchos ibicencos que viven las tradiciones con pasión y que, para ellos, ir al belén de Sant Elm formaba parte de la Navidad. Solo por eso hay que felicitar al alcalde de Vila. Que rectifique es una gran noticia para todos. Y un ejemplo.