Durante este fin de semana más de medio mundo ha enmudecido por los terribles atentados terroristas que provocaron una masacre en varios puntos de la ciudad de París. En todas partes se siguió la noticia y, en cierta medida, a todos nos ha afectado. Por eso, el carácter solidario de las Pitiüses, como en otras muchas partes de España, no defraudó y se sumó a la causa.

Ha sido un fin de semana de luto, donde se ha guardado un minuto de silencio antes de cada acto oficial, donde se ha condenado el terrorismo y recordado a las víctimas, porque una vez más #todossomosparís. Igual que lo fuimos cuando un par de locos entraron en la sede del satírico Charlie Hebdo hace tan sólo unos meses.

Y digo ‘LOCOS’ que no islamistas, pues soy de las que opinan que debe diferenciarse bien la religión de los atentados, y que aunque estos terroristas se erijan como abanderados del Islam, nada tienen que ver. Por eso, me parece tan significativo el hecho de que sean muchos los musulmanes que han dado la cara en la campaña #noenminombre y que se atreven a decirle al mundo que ellos son los primeros que condenan la violencia. Un gesto que demuestra que la brecha que se empeñan algunos en abrir en la sociedad no va a ninguna parte.

Lo que no puedo dejar de pensar es que igual que nos duele tanto lo que le pase a un vecino europeo, de igual manera deberían dolernos otros, aunque los tengamos mucho más lejos. Por desgracia, estamos tan acostumbrados a ver diariamente a otros países golpeados por la guerra, que estamos ya inmunizados ante las escenas de centenares de muertos en sus calles. Si fuéramos justos, cada día debería guardarse un minuto de silencio, porque igual que ‘todos somos París’ también todos deberíamos ser ‘Siria’ ‘Israel’ ‘Palestina’ ‘Irak’… y un largo etc.