El reto que tiene por delante el comisario José Luis Garau es doble, o quizá triple, pero la primera impresión que me llevé ayer y el sentir pulsado entre la plantilla es positivo. Con su antecesor en el cargo, también José Luis, conviví profesionalmente durante seis meses, medio año escaso de contactos puntuales pero siempre muy positivos.

José Luis Garau tiene por delante el difícil objetivo de mantener los buenos datos en la lucha contra la criminalidad atesorados por Santafé con el apoyo inestimable de los agentes adscritos a la comisaría de Eivissa. Como dice José Luis, Santafé, «yo sólo hago de director de orquesta. Todos sumamos». El antiguo director de orquesta se despidió a mediados de diciembre. Los números son claros y están ahí. La delincuencia ha bajado en Eivissa especialmente en los dos años de su jefatura. El premio a su trayectoria, el regreso a su residencia familiar y la dirección del operativo de seguridad con motivo del juicio por el caso Nóos.

Santafé ha marcado el camino. En su hoja de servicios, la desarticulación de la banda del Rolex y los golpes este verano a dos bandas de butroneros altamente especializados. Allá donde vayas, mucha suerte y éxitos.

Estoy convencido de que Garau no defraudará a las expectativas. Bregado en la Unidad de Intervención Policial (UIP) de Valencia, se estrena como comisario jefe en Eivissa, una de las dependencias policiales más valoradas por el Cuerpo Nacional de Policía. En su discurso subrayó que se incorpora a la plaza con el «firme propósito de ofrecer a todos los ibicencos un trabajo eficiente y eficaz». Mano tendida también a los colectivos sociales, jueces y fiscales y máxima colaboración con otros cuerpos y otros municipios para luchar contra los robos. Buenas suerte, comisarios.