Driss Dambar paseaba por la Avenida España cuando vio un gran cartel de unos 10 metros. «Refugees Welcome», decía la pancarta. Entró a preguntar y no encontró muchas soluciones. La más rápida y cómoda, llamar a Víctor Zas, vocal de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui. Víctor dijo que la asociación se encarga de ayudar a niños saharauis que vienen a pasar un mes a Eivissa, pero no acoge refugiados políticos. Aún así, Víctor aceptó alojar a Driss en su propia casa. El problema estaba resuelto para el Consell d’Eivissa de la gran pancarta. Tras encontrar casa había que buscarle trabajo. Y resulta que Driss es un brillante economista. Para eso se implicó personalmente el presidente del Consell, Vicent Torres. Y se contactó con Joan Pantaleoni, dirigente del PP de Sant Antoni. Pantaleoni contratará a Driss a partir del lunes en un gesto que le honra. Me consta que ha habido mucho malestar en el Consell por la poca implicación de los departamentos podemitas encargados del área social. No tienen nada preparado para refugiados. Ni dinero, ni alojamiento, ni alternativas laborales. Eso sí, las pancartas son de primera, de las que durarán mucho tiempo, quizás toda la legislatura. Mientras esperan la llegada de los refugiados sirios para hacer más pancartas y cientos de fotos, no estaría de más que alguien llamase a Driss para preocuparse por su situación. Les recomiendo que conozcan su historia y que no intenten restarle importancia al problema. Las pancartas las sabe hacer cualquiera. Hacer una política útil es mucho más complicado. Ayer Viviana de Sans no se perdió la foto con Driss que aparece en esta misma página en un ejercicio de pura demagogia política.