Yo conocí una vez un perrito que se llamaba blacky, y que murió en friday. O sea sé: que la espichó el pobre animal en viernes. Lo curioso del asunto es que ni era negro- por lo de blacky- ni mucho menos un perrito, sino más bien un perrazo que dejaba un rastro enorme de cagarrutas allí por donde pasaba, aunque era un sol. Ya sé que se estarán preguntando que, a qué viene esto del perro blacky, porque realmente parece una chorrada. Pues ahí radica el asunto: En que como ustedes ya conocen ese dicho, de que una mancha de mora, se quita con otra mancha de mora verde, pues una chorrada como la del perrito blacky, se quita con otra de black friday, que también es otra chorrada. Lo distinto del asunto es que esta última es más gorda y de mayor calado que la primera, y también, que repercute en el destino de millones de ávidos buscadores de chollos por esa red llamada internet, que antes se llamaba Arpanet , y eso, permitan me que se lo comente haciendo un inciso, lo sé, porque ya un buen amigo, allá por los ochenta, y en la facultad de informática del campus de la Facultad Autónoma en Bellaterra, allá por Sardanyola del Vallés, se pasaba los fines de semana enganchado a ella, según él, - me decía el muy perillán-, para aprender, y según creo yo hoy, para hartarse de ver gallinas norte americanas en pelotas, pues, he de decirles que llegaba muy enrojecido a casa, y les garantizo que él no hacía deporte. ¡En fin! Todo fuera por la ciencia... pues bien, como antes les estaba diciendo: que esto de la red y todo eso, no lo conocía ni Peter (lo de Peter un día tengo que averiguar de dónde viene, porque no creo que venga de Peter Pan, ni de Peter Picapiedra...), ni «Piter», ni mucho menos el perrito blacky. A lo que voy ahora realmente, es al meollo del asunto: dilucidar como demonios la gente puede llegar a volverse taramba, y salir de forma compulsiva a la calle; o quedarse en casa comprando también compulsivamente; que a fin de cuentas, no siendo lo mismo, dan el mismo resultado, que es sin duda, el mismo grado de estupidez congénita a la hora de adquirir objetos porque sí. Luego los habrá que se quejan de que su tarjeta de crédito echa humo. Si bien, para contrarestar esa compulsividad, existe un remedio, que reza así: Si no puedes con tus enemigos alía te a ellos. ¡Pues bien!: siguiendo esta premisa, les aconsejo que obtengamos el máximo provecho de estas tonterías que se inventan algunos espabilados, para sacar las perras al prójimo y creemos nosotros mismos y a través de la internete esta, nuestros propios «días tontos « en los que podamos sacar a la venta todo aquello que nos resulte infumable, insoportable e invendible, ya sea por obsoleto, o por inútil. Yo tengo algunas ideas, pero seguro que ustedes tendrán más. A modo de ejemplo: podríamos crear el «Fever Sutarday night», en donde salieran a la plaza a dar explicaciones los políticos ataviados al más puro estilo del musical de los Bee Gees. Ya me estoy imaginando algunos en pantalones de pata de elefante marcado paquete, y algunas con hombreras... O que me dicen del «los mondays, un brindis al sol» en donde los cibernautas compulsivos pudieran correr a gorrazos a los perro-flautas que no pegan palo al agua, pero que no hacen más que quejarse de lo mal que está todo. O ya ni les cuento si creáramos también en la red, el «Los sunday todos al bullit de peix» con grandes descuentos en el pescado que últimamente se nos quiere vender a precio de fresco, en esos discursos que se nos sueltan en las instituciones sobre el incremento de tasas, ecotasas, impuestos, leyes absurdas y desproporcionadas, y que huelen que apestan a podrido. O también podríamos crear el «Black Poltical monday», que sería la monda, porque en él, pondríamos a la venta un montón de políticos que tienen la negra porque todo lo que tocan, o lo hacen fosfatina, o lo convierten en carbón de quemar.

Qué bueno esto de internet. Ya le estoy empezando a pillar el gustillo, por esto de los días de mercadillo de todo a cien. Un lugar genial este, en donde liquidar todo tipo de trastos inservibles y que nadie quiere en su casa. Gracias Blacky: tu muerte en Friday no fue en vano para abrir ojos y conciencias. No tendrás placa, pero sí tu Blacky friday. Que aunque calle no es, también hace que se pierdan algunos. Sobre todo la cabeza.